Sociología del comaprtamiento y tabaquismo

Sociología del  comportamiento
Ramiro Leguízamo Serna[1]

Para entender la sociología del comportamiento o el comportamiento social, es importante apreciar tanto el comportamiento colectivo como el individual, dado que ambos pueden depender de dos factores; uno lo moral y el otro de lo económico. Lo anterior significa que se puede calificar o caracterizar el comportamiento de un ser individual por presentar una mayor tendencia a desenvolverse por preceptos morales o económicos y viceversa.
En este sentido surge la pregunta que muchos se hacen: ¿La estructura social  y los patrones culturales son los que determinan el comportamiento del individuo o, por el contrario, es el comportamiento individual lo que configura el medioambiente y estructura social?
Hay que anotar que diversos psicólogos y sociólogos como Frank Sheed, sostienen que: “Las familias se reúnen en la sociedad. Por este motivo de la existencia de la sociedad basada en la naturaleza humana y es, por tanto, natural”.
Esto se puede interpretar como que la sociedad y su estructura se derivan como una exigencia de la naturaleza humana, de tal forma que el ser humano (hombre) no será capaz de alcanzar la plenitud de su dignidad como persona sino a través de su desarrollo en sociedad y cooperando con sus semejantes.
Pese a que los preceptos morales y los factores económicos influyen en el comportamiento, hay una diferencia sustantiva entre los dos elementos que configuran la calidad del comportamiento.
Esto significa que se puede decir que los Preceptos Morales no son relativos mientras que los Factores Económicos, sí.
Sobre el particular, y según John J. Macionis y Ken Plummer, en el libro Sociología de editorial Prentice Hall, para entender mejor la sociedad se deben asimilar mejor las transformaciones sociales. Por un lado, Karl Marx entendía la historia como un proceso largo y complejo de cambio social, estaba especialmente interesado en analizar la economía, o sea, en cómo las sociedades producen bienes, alimentos, vestidos, tecnologías, entre otros. Y haciendo esto, cómo nacen y se reproducen las desigualdades, los conflictos sociales, que según él, son el motor del cambio y las transformaciones sociales.

En este sentido, se debe recordar que Max Weber, reconociendo la importancia de la economía, intentó mostrar que las ideas _en especial las religiosas_ también tenían su parte en el desarrollo  de las sociedades humanas.
Emile Durkheim,  por su parte, se centró en los mecanismos que producen cohesión  social, esto es, que hacen que los miembros  de una sociedad cooperen unos con otros, haciendo viable dicha sociedad.
Durkheim demostró que esos mecanismos son distintos en las sociedades antiguas y modernas.
Estos tres autores, buscaban la manera de explicar o entender los cambios dramáticos que se estaban produciendo en las sociedades europeas y pese a que tenían visiones diferentes de la sociedad coincidieron en estas preguntas:
·         ¿En qué se diferencian las sociedades del pasado con las del presente?
·         ¿Cómo y Por qué cambia una sociedad? ¿Qué factores crean divisiones  dentro de una sociedad y cuáles otros hacen que se mantenga unida?
·         ¿Las sociedades están mejorando o van a peor?
Evolución y tipos de sociedades
“Según El hombre del hielo vivía en una sociedad muy antigua, es decir, que tuvo lugar antes del Imperio Egipcio y de la civilización griega y antes, incluso del nacimiento de las ciudades europeas.  Como personas acostumbradas a los modernos medios de transporte y los continuos avances tecnológicos en el mundo de la comunicación se obsreva  al hombre del hielo, como un remoto antepasado  con una enorme expectación. Sin embargo, los sociólogos que estudian las sociedades antigua, junto con antropólogos  y arqueólogos, ya han aprendido mucho acerca de los antepasados del hombre”. John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España.2001.
Vale mencionar que se entiende con claridad que una sociedad en la que hay mayor número de pobladores, más desarrollo tecnológico está conformada por personas que poseen distintas actitudes, creencias, profesiones, oportunidades, estilos de vida y gustos; es los que se determina como “evolución social”.
Primeras sociedades agrícolas-ganaderas
Según lo manifiesta la historia ha aproximadamente diez o doce mil años nuevas tecnologías transformaron muchas antiguas sociedades de cazadores y recolectores. En primer lugar se desarrolló una tecnología agrícola-rudimentaria; que permitía la producción de alimentos a pequeña escala. Las herramientas más representativas en este periodo son la azada, para remover la tierra y todo tipo de utensilios utilizados para cavar y plantar las semillas. Parece ser que se empezó a utilizar esta herramienta en las tierras fértiles de Oriente  Medio, por un proceso de difusión cultural, estas nuevas técnicas agrícolas ya se habían extendido en la mayor parte del mundo hace unos seis mil millones de años.

Hubo, de igual manera, otras sociedades, especialmente las que habitaban zonas áridas y montañosas (región de los Alpes), las cuales no encontraron grandes beneficios por parte de las nuevas herramientas agrícolas. Aun así, estos grupos desarrollaron otra técnica: se trata de la del pastoreo o domesticación de animales.

De igual manera, hubo sociedades que combinaron las dos técnicas, las cuales empezaron a obtener una mayor producción dentro de sus sistemas agrícolas y de sus rebaños. Actualmente, existen sociedades que utilizan estos métodos en América del Sur, África y Asia.

Con el uso de estas nuevas tecnologías se aumenta la domesticación de animales y el cultivo de terrenos cada vez mayores, así mismo, las sociedades logran aumentar su tamaño, ya que resulta posible alimentar  no a docenas sino a centenares de personas.

Las sociedades especializadas en el pastoreo siguieron siendo nómadas dado a que debían cambiar de territorio de manera frecuente con el fin de encontrar pastos frescos para el ganado. Por el contrario, quienes adoptaron las técnicas agrícolas comenzaron a crear asentamientos más o menos permanentes, que eran abandonados cuando los campos dejaban de producir lo suficiente.
Gracias a la nueva posibilidad de producir alimentos mediante el cultivo del suelo o los rebaños, se genera la creación de un excedente de material, así se obtendrían más recursos que los necesarios, por ello se generan actividades diferentes a la producción de alimentos como lo son la fabricación de herramientas, el comercio, la interpretación de las señales divinas. En comparación con las sociedades de cazadores y recolectores , las sociedades de agricultores y pastoreo eran más complejas, pues se da la manifestación de una división o especialización del trabajo.
La religión también tuvo cambios
Con estos nuevos adelantos y actividades sociales o laborales, las creencias religiosas vivieron varios cambios.  Por ejemplo, las sociedades de cazadores y recolectores solían pensar que el mundo estaba habitado por espíritus, los de las sociedades agrícolas practicaban el culto a los antepasados y pensaban en la figura de Dios como el creador. Por su parte, las sociedades de pastores pensaban que Dios intervenía directamente en el destino de la comunidad.

La metáfora de Dios como (el pastor) de la comunidad (que era su rebaño) la comparten el cristianismo, el judaísmo y el islam; religiones que nacieron en el Medio Oriente y a partir de las creencias religiosas de las sociedades de pastores.

Desarrollo: sinónimo de desigualdad
Es de esperarse que un mayor nivel de especialización o desarrollo en la complejidad social, también produce más alto índice de desigualdad social.

“Siempre había familias o clanes que podían producir más que otros, lo cual generaba mayor prestigio social y poder o influencia sobre el resto de la comunidad. Así, las alianzas con familias o clanes de igual prestigio  o posición  social servían para reforzar la preeminencia social de esas familias y garantizar su transmisión a los herederos. Con ello emergieron los sistemas formales de desigualdad social . Y así también sistemas políticos  de dominación (o gobiernos, para entendernos,  aunque gobiernos muy rudimentarios) que, respaldados por una fuerza militar, tenían como finalidad proteger la posición social y económica de las familias o clanes más favorecidos. En un principio eran gobiernos que sólo podían tener autoridad sobre un territorio pequeño y un número bastante limitado de personas. Los imperios nacerían más tarde, cuando ye se hizo posible desplazar las fuerzas militares rápidamente y a largas distancias”. John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001.
Tecnología y cambio de estatus en la mujer
Según John J. Macionis y Ken Plummer: “En las sociedades tecnológicamente simples del pasado las mujeres producían más alimentos que los hombres. En las sociedades de cazadores y recolectores la carne se valoraba mucho, pero el resultado de la caza, a la que se dedicaban los hombres, nunca era seguro. Eso hacía que las frutas y vegetales, que recogían las mujeres, fueran la principal fuente de alimentación.
De igual manera, eran las mujeres quienes tenían la responsabilidad de obtener y preparar los alimentos, las que desarrollaban las técnicas del cultivo a pequeña escala. Por su parte, los hombres se dedicaban al comercio o al cuidado  del ganado. Sólo en la época de la cosecha los hombres ayudaban en las tareas del campo.
Hace alrededor de unos 5.000 años se descubrió el arte de los metales. Esta nueva tecnología se extendió rápidamente por un proceso de difusión cultural y, posiblemente, a través de las redes comerciales en las que participaban los hombres.
Fue el género masculino el que inventó el arado y, como ya era un experto en la domesticación de animales, seguramente no tardó mucho en hacer que el animal de carga tirara del arado.

Esta innovación técnica marcó el inicio de la agricultura a gran escala, lo que también situó al hombre en una posición dominante en cuanto a la producción de alimentos.
Organización social racional
Para John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001., según cita de Weber: “La Revolución Industrial y el desarrollo del capitalismo han puesto en un primer término la racionalidad, y esto ha terminado por transformar la organización social de las sociedades modernas. A grandes rasgos estas, estas sociedades tienen las siguientes características:
1-    Aparecen instituciones sociales y específicas. Entre ellas la educativa y la sanitaria.
2-    Aparecen multitud de organizaciones. La racionalidad moderna se muestra también en la proliferación  de organizaciones formales. El paisaje de social está dominado por las organizaciones.
3-    Aparecen profesiones y ocupaciones cada vez más especializadas.
4-    Autodisciplina. Las sociedades modernas premian el esfuerzo y el mérito personal.
5-    Mayor conciencia del tiempo. Se mide el tiempo y se planifican las actividades en horas y minutos.
6-    Competencia técnica. No se evalúa a las personas por lo que son sino por lo que han hecho.
7-    Impersonalidad. Se separa más estrictamente el mundo privado (que es el de los sentimientos  y las emociones) de las de otras esferas de la vida, en donde dominan las relaciones impersonales ( o puramente contractuales).


Realidad y Burocracia
Para John J. Macionis y Ken Plummer: “La organización racional del mundo moderno puede verse con nitidez en el micrososmos de las organizaciones. Las organizaciones modernas, maximizadores de la eficiencia, son en realidad un fenómeno reciente en la historia de la humanidad  y un fenómeno universal con el triunfo del capitalismo”.
Marx y Weber sitados por John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001, coinciden en manifestar que: “Al señalar la enorme eficiencia productiva y capacidad transformadora del capitalismo, así como que el capitalismo a su vez había traído o  agudizado  otros problemas de gran importancia”.
Dichos problemas no tenían que ver con la desigualdad o el conflicto social, por el contrario tenían que ver con el problema de la alineación. Ello según Weber, estaba neutralizando la dimensión creativa , innovadora  de las personas, cuyas vidas parecen cada vez más rutinizadas  y domesticadas por las burocracias. Siendo una sociedad racional, la sociedad moderna resulta ser una sociedad  desencantada, una sociedad  anquilosa y d ehombres dóciles.
Además, Weber agrega: “En las organizaciones los individuos se convierten en un caso o un número y dejan de ser personas. El trabajo en las grandes  organizaciones es, en muchos casos, un trabajo rutinario y tedioso”.
La sociedad más allá del individuo
Otro de los grandes sociólogos citados por John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001, es  Emile Durkhein, quien afirma:”La sociedad tienen una vida y existencia propia, que va más allá de nuestras experiencias personales. La sociedad nace antes de que uno nazca, va a tener una influencia fundamental en la vida de uno y seguirá existiendo luego de que uno muera”.
Hay que mencionar, que fuera de la vida de los individuos hay estructuras que implican pautas estables de comportamiento, y que deben ser tratadas  como cosas porque lo son, son cosas o hechos sociales, que tienen una realidad objetiva por encima de las vidas y experiencias de los hombres de carne y hueso. Se trata de las normas culturales, los valores, las creencias religiosas, entre otras.
“Y si la sociedad tiene prioridades sobre los individuos es porque esta tiene poder para influir en los pensamientos y las acciones de los individuos.  Por esta razón, estudiar a los individuos de manera aislada como lo hacen los psicólogos o los biólogos no sirve para explicar la conducta humana. Una sociedad es más que la suma de sus partes; existe como un organismo  complejo que tiene sus raíces en nuestra vida. Una familia que cena junta, una multitud que se apiña en una subasta, un grupo de amigos que celebran juntos la Navidad. Son ejemplos de la multitud de situaciones en las que hay un ritual o una organización distinta  o separada de los individuos que forman parte de él o de ella.
Una vez creada por las personas, la sociedad les pide obediencia. Y estas experimentan su poder cuando deciden actuar en conformidad  a una ética o una moral que no han elegido, pero que les ha venido dada” , John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001.
Conducta delictiva o función
De la mano con el término estructura se encuentra el concepto de función. La función, importancia o significado de cualquier hecho social es algo que hay que determinar al nivel de la sociedad, no de los individuos.
Para John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001: “Para ver mejor esto, podemos pensar en la conducta delictiva. La mayoría de las personas piensan que las conductas delictivas son conductas que cometen  algunos individuos (los delincuentes) en perjuicio de otros. Pero se puede reflexionar sobre el delito desde una perspectiva  “macro” y más allá de las personas (de los delincuentes y de sus víctimas). La identificación y el castigo de una conducta delictiva puede servir para reafirmar y reforzar las normas, valores y lazos sociales que mantienen unida a esa sociedad. En otras palabras y aunque parezca irónico, la conducta delictiva puede tener una función positiva para la sociedad. De hecho, Durkheim no pensaba que el delito fuera algo “patológico”. Antes bien pensaba que era algo “normal”, pues, según él, es necesario que haya delitos para mantener unida a una sociedad”.

En qué ha cambiado la sociedad
Es claro que la sociedad moderna se diferencia de las otras sociedades por su capacidad productiva. Marx, citado en John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001, manifiesta que: “El conflicto social ha sido una constante en la historia de la humanidad (exceptuando quizá una primera etapa comunista, que corresponde a la sociedad de cazadores y recoelctores). Pero, lo que caracteriza a la sociedad moderna es que este conflicto que es entre capitalistas y proletarios se ha hecho más patente”.

Por su parte, en la cita de John J. Macionis y Ken Plummer. Sociología. Ed. Prentice Hall. España. 2001, Weber veía esta cuestión desde otro punto de vista. Estaba más interesado en estudiar el cambio al nivel de las ideas o de las orientaciones frente al mundo. Así, mientras que las sociedades preindustriales están orientadas por la tradición, los miembros de las sociedades modernas tienen una perspectiva más racional frente al mundo organizacional, de la burocracia, caracteriza muy bien esta orientación.  Por su parte, para Durkeim: “Las sociedades han cambiado en lo que las mantiene unidas. Si lo que mantenía unidas a las sociedades preindustriales  era una conciencia colectiva fuerte o densa, las sociedades modernas y complejas se mantienen unidas  más bien por mecanismos de solidaridad orgánica; esto es, porque habiendo un alto grado de división del trabajo, los individuos se han hecho más interdependientes”.
Etnocentrismo
“A través de la historia, los seres humanos en todo el mundo han demostrado interés en sí mismos y en otros miembros de su propio grupo. Desde luego, el entusiasmo por observar el comportamiento de las personas es la primera zancada hacia la ciencia social. No obstante, este entusiasmo generalmente va  acompañado por una  actitud que pone en serio obstáculo el desarrollo de la ciencia social. Los miembros de cualquier sociedad tienden a creer que su forma de pensar y de hacer las cosas no sólo es la mejor manera, sino la única manera adecuada. A esta creencia de que los modos de pensar y obrar de nuestro grupo son superiores a todos los demás se denomina etnocentrismo.
Los indios navajos del suroeste de Estados Unidos se denominan asímismos   ”Dineh”- “El Pueblo”. Los alemanes hablan de das Ausland, que reúne en un solo nombre a todos los países, salvo Alemania, Los antiguos judíos se autoclasificaban como  “El pueblo Elegido”; en la Grecia Antigua solo había griegos y barbaros. Cuando los esquimales de Groenlandia recibieron a los primeros visitantes blancos, el mejor  cumplido que podían hacer a uno de éstos era decir que era, o que de pronto sería, tan bueno como un groenlandés.
Desde hace mucho tiempo en Estados Unidos han tenido tendencia a agrupar a todas las personas que no sean miembros de su propia sociedad en una categoría inferior: los extranjeros.
Por lo general, nos resulta fácil advertir el etnocentrismo entre los extranjeros. Pero cuando leemos en los periódicos de la libre empresa es el mejor sistema económico posible, la mayoría de nosotros no reconocemos que tal afirmación probablemente es una ilustración del etnocentrismo. Casi todos también somos etnocéntricos en cuanto a  la forma en que aceptamos esa afirmación como “cierta”. E n realidad puede ser cierta, pero no la aceptamos a causa de la prueba- que muchos desconocemos-, sino porque somos etnocéntricos. No existe categoría alguna de personas, ni siquiera los científicos, que esté libre de etnocentrismo. Por eso resulta tan difícil a un científico estadounidense evaluar con objetividad un experimento que contraste los liderazgos democrático y autoritario.”[2]
Grupos sociales
“La vida humana es vida social. La vida social se organiza cuando hay formas estatuidas de actuar en forma recíproca. Indicamos estas formas de interacción mediante términos de relación tales como categoría y papel. Cuando ocurre interacción persistente entre las mismas personas, surgen colectividades sociales, tanto grandes como pequeñas, que llamamos grupos. Analíticamente, grupo no es lo mismo que estructura social. Los grupos existen a través de la reunión de cierto número de personas identificables que construyen y desarrollan sus relaciones sociales a través del tiempo hasta convertirlas hasta cierto punto en pauta estable - estructura social – y que en alguna medida se identifican con las demás con que comparten esta estructura social específica (es decir, tipo de interacción social). Así, los grupos tienen estructura social. Se define al grupo social como pluralidad de personas “participantes en un tipo de interacción social, consientes de ser miembros en común, de tener alguna comprensión en común y de aceptar algunos derechos y obligaciones que recaen sólo sobre los miembros”[3]
Esta definición hace patente que no toda clasificación de las personas es grupo social. Los sociólogos hacen una distinción tajante entre grupos sociales y categorías sociales. La categoría social es una clasificación de personas que poseen una característica en común, pero que no tienen interacción social alguna ni comprensión común entre los miembros ni conciencia de clase. Ejemplos de categorías sociales son todas las niñas de siete años de edad, todas las personas diestras, todos los propietarios de automóvil nuevo, todos los hombres calvos, todos los bachilleres, todos los nacidos el día 10 de noviembre, todas las personas viudas. Ciertamente, las personas que tienen una característica en común tienen el potencial de convertirse en grupo social. Por ejemplo: mucha gente ha caracterizado la actividad de los negros en Estados Unidos durante la pasada generación como movimiento desde una categoría social hasta un grupo social.”[4]

Conciencia de clase
“La condición de miembro de un grupo relaciona en forma reciproca a las personas de manera distinta de cómo ellas se relacionan con otras ajenas al grupo. El hecho de ser miembros en común los somete a las expectativas que gobiernan la acción en el grupo- sus normas sociales- y la cultura que surge de las interacciones compartidas entre los miembros. Los integrantes de un grupo, pues, son partícipes de un acervo común  de comprensiones culturales sobre el significado de ser miembro el grupo, que nace de su consenso acerca de propósito de éste- sus funciones y objetivos.
Esta participación de la condición de miembro de un grupo y compartir las experiencias comunes, desarrolla una sensación de unidad del grupo que es importante para la eficacia de las actividades colectivas del grupo. Sobre el particular, Franklin Henry Gidddings, uno de los primeros sociólogos estadounidenses, habló de “conciencia de clase” para denominar a esta sensación de unidad que producen el ser miembros en común y la experiencia en común. Sin embargo, la intensidad de la conciencia de clase varia de un grupo a otro; pues sus miembros sólo atribuyen valor limitado a su condición de tales y la heterogeneidad de los componentes del grupo tiende a reducir la conciencia de clase. Además, los miembros de un grupo también lo son otros, de manera que ningún grupo por si solo puede pretender una lealtad total o un compromiso pleno del individuo. No obstante, por limitada que pueda ser, la condición de miembro de un grupo. Sin algún consenso entre sus miembros en cuanto a sus normas y sus expectativas de conducta – sus definiciones de sus papeles – no puede haber grupo. Por lo tanto, un grupo no es meramente un sistema de interacción; también incluye compartir con reciprocidad la condición de miembro entre quienes actúan de esta manera.
Los integrantes de los grupos sociales no sólo tienen conciencia de estar unidos por su condición de miembros en común, sino que además poseen algún mecanismo para determinar quién pertenece y quién no pertenece al grupo. En los grupos organizados de manera formal, los requisitos para la admisión como miembro pueden explicarse en sus detalles, y puede reconocerse formalmente a quien lo es por medios tales como los registros de miembros, las insignias de los miembros y el acceso a privilegios que confiere la calidad de miembro. Incluso en los grupos que no están organizados con formalidad, reconocer a quien es miembro y a quien no lo es resulta crítico para la sensación que tiene el grupo de su propia existencia. En los grupos pequeños e informales, la concesión a una persona del reconocimiento como participante y a otra no, puede efectuarse por la forma de dirigirse a ella y por las formas de inclusión y exclusión en las actividades del grupo. Ningún grupo humano tiene mucha dificultad en hacer sentir a un individuo que no se le quiere, que no es “uno del grupo”.”[5]

Diversidad de los grupos
“Los grupos sociales no son iguales siempre ni en todas partes. Como otros aspectos de la realidad, los grupos pueden clasificarse en gran número de formas, y la difícil tarea de clasificar grupos es problema de considerable magnitud. Sólo es necesario pensar en la extraordinaria variedad de los grupos y en el hecho de que tal vez hay más grupos que personas en la sociedad estadounidense para apreciar la dimensión del problema. Sin excepción, todos los seres humanos pertenecen a grupos en algún momento, y casi todos nosotros pertenecemos a muchos grupos todo el tiempo. E l laberinto y la multiplicidad de los grupos se encuentran entre los más penetrantes de todos los fenómenos sociales y son universalmente  característicos de toda sociedad compleja.
Cada uno de nosotros es miembro de muchos grupos. Con padres, hermanos y hermanas constituimos una clase de grupo: una familia.  Muchos de nosotros estamos ligados también a un grupo de parentesco más amplio compuesto por tías, tíos, primos y primas. Casi todos los jóvenes pertenecen a grupos escolares; muchos forman parte de grupos sociales, atléticos y otros de intereses especiales. Más de la mitad de las personas en Estados Unidos constituyen grupos religiosos; muchas están afiliadas a logias; otras son  miembros de organizaciones laborales. Aparte de tales asociaciones regularizadas, de vez en cuando actuamos recíprocamente como miembros de grupos de compradores, auditorios de conciertos u otras colectividades temporales. Cada vez que una colectividad de personas actúa de manera recíproca, ya en la intimidad de una discusión familiar, ya en el rugir de una venta de saldos, constituye un grupo. Si intentáramos enumerar todos los grupos específicos de la sociedad estadounidense, de hecho la lista sería inacabable. En el esfuerzo por comprender plenamente la forma y el contenido de los grupos sociales y hacer la gráfica de sus semejanzas y diferencias, los sociólogos han concentrado su estudio en una multitud de características de los grupos. Entre las características más importantes de los grupos sociales están: 1) el tamaño el grupo, 2)el grado de “conciencia de clase”. 3) las pautas de acción reciproca entre los miembros, 4) la permanencia de los miembros en el grupo, 5) la permanencia del grupo, 6) el carácter y la especifidad de las metas del grupo, 7) la base de la condición de miembro, 8) la formalidad de la organización del grupo, 9) el grado y la intensidad de participación de los miembros, 10) la semejanza social de los miembros, 11) la forma de control social dentro del grupo, 12) la medida en que el grupo depende de otros grupos o es independiente de ellos.”[6]

Interacción social
“La interacción social es el elemento clave en toda la vida humana, y el concepto es crítico para cualquier estudio de la dinámica de la sociedad. Sin interacción social no habría vida de grupo. La mera colocación en proximidad física de los individuos, aunque por lo general tenga como resultado una cantidad módica de interacción, no los suelda en una unidad o grupo social. Hablando con propiedad, existe vida asociativa cuando las personas trabajan o juegan o hablan juntas con un fin común, o cuando compiten o disputan entre sí. La interacción social es el proceso social básico, el término más amplio para describir las relaciones sociales dinámicas. Es básica para la supervivencia humana la lucha por los bienes materiales y otras recompensas definidas culturalmente como deseables. Las formas principales de tal lucha u oposición son la competencia y el conflicto. Sin embargo, en la vida no todo consiste en que un individuo luche contra otro individuo. Las personas se combinan también para alcanzar metas y recompensas. Esta ayuda mutua se llama cooperación. También, el individuo aprende  diversos comportamientos distintivos que lo destacan respecto de otro según la  edad, el sexo, la ocupación y la clase. Este es el proceso de diferenciación. La oposición, la cooperación y la diferenciación constituyen una línea básica de la que surgen otras formas de interacción más especializadas, tales como la acomodación, la estratificación y la asimilación.”[7]
Cultura y competencia
“Mientras que la cultura misma tiene sus raíces en las necesidades básicas del ser humano y en las interacciones con las personas, los bienes específicos – materiales o no – por los que lucha varían en buena medida a causa de los factores históricos, accidentes o circunstancias de la épocas y el lugar, a demás de la adaptación local a los recursos. En Estados Unidos, las personas consideran tan naturales la competencia y el conflicto, que a muchos de sus habitantes les resulta difícil comprender que una tribu o nación pueda tener poco de una u otro.
En realidad, no obstante, el examen de las variabilidades a largo plazo de la cultura hace evidente que el hecho  de que sociedades completas queden condicionadas de modo general a las formas competitivas o cooperativas de vida económica y comunitaria depende del sistema de valores de la sociedad. En el estudio de las culturas de trece tribus nativas apartadas en extremo, se encuentra una excelente ilustración de esa variabilidad. Basándose en los estudios, se llego a la conclusión de que “ninguna sociedad es competitiva o cooperativa exclusivamente. La propia existencia de los grupos muy competitivos implica cooperación dentro estos. Dentro de la sociedad han de existir tanto hábitos competitivos como  hábitos comparativos”[8]Su análisis también es útil porque indica la relación de estos dos procesos básicos con la estructura tribal y con la organización de la vida de los individuos dentro de estas sociedades. Otros descubrimientos significativos son los siguientes:
1)    Sin tomar en cuenta el carácter del sistema cultural, es posible encontrar fuerte autoestimación y sensación de poder en algunos miembros de la sociedad.
2)    No hay relación alguna entre la forma de la cultura y los problemas locales de subsistencia y recursos materiales. Por ejemplo: no hay razón para suponer que la falta de alimentos por fuerza sea causante de la competencia o de la cooperación.
3)    El concepto y la valoración del éxito personal se determinan más por el interés amplio y general que el grupo pone bien en la competencia o en la cooperación que por el grado de tecnología a la abundancia de alimentos.
4)    “Hay correspondencia entre: un empeño importante en la competencia, una estructura social que dependa de la iniciativa del individuo, una valoración de la propiedad con fines individuales, en una escala única de éxito y un marcado desarrollo del yo” [9](el yo social).
5)    “Hay correspondencia entre: Un interés importante en la cooperación, una estructura social que no dependa de la iniciativa no del ejercicio del poder sobre las personas, una fe en un universo ordenado, insistencia débil en la elevación de la categoría y un alto grado de seguridad para el individuo”[10]
Debe ponerse de relieve que ni la competencia ni la cooperación faltan por completo en ninguna de estas tribus. Esos procesos fundamentales son correlativos. Como ya señalaron los economistas desde hace mucho tiempo, la competencia misma descansa en ciertos acuerdos implícitos de seguir determinadas reglas en las relaciones de oposición. Sin embargo, cuando una sociedad tiende a hacer hincapié en un proceso, puede hallarse que el otro proceso está menos institucionalizado y, por consiguiente, menos reconocido.
Rhalp Linton y Abram Kardiner citan un notable ejemplo de los efectos de un cambio básico de la economía sobre la organización social y las características individuales. Entre los tanala de Madagascar, la tribu betsileo encontró necesario, a causa de la erosión del suelo y otras circunstancias, sustituir el cultivo de arroz en terrenos de secano con el de terrenos de regadío. El sistema de cultivo de secano se distinguía por la propiedad comunal de la tierra, alto grado de cooperación e igual distribución de los productos bajo el gobierno extremadamente autoritario de los padres. Con este control algo rígido, pero paternalista, el individuo – aunque pasivo y obediente a la autoridad – se ajusta bien.
La transición a una economía de cultivo de regadío de arroz trajo consigo algunas alternativas sorprendentes. La propiedad comunal cedió el paso a la individual y se produjo una carrera desenfrenada para ocupar los terrenos fértiles de los valles cercanos. E l individuo adquirió importancia, y pronto comenzó a sentir que estaba en dura competencia con otros tanto por los derechos como por los deberes. La organización familiar anterior se derrumbó, y hubo un brusco incremento de conductas tan anormales como el delito, la homosexualidad, la magia negra y la neurosis. Con el tiempo apareció toda una nueva organización social, que incluía una rígida estructura de clases de rey, nobles, plebeyos y esclavos. Esta rápida variación de una característica básica de la cultura ilustra claramente cuánto influyen las instituciones en la organización de la vida de los individuos.
Es evidente, pues, que la competencia puede adoptar una extensa variedad de formas. Puede ser central para algunos aspectos de un sistema cultural y no serlo para otros. Además, bajo los efectos de la invención, la revolución política o las modificaciones en la base de recursos de una economía, pueden ocurrir cambios radicales en las relaciones recíprocas de la competencia”.[11]
DIVISION ECONOMICA DEL TRABAJO
“La división del trabajo no progresa demasiado en sociedad alguna hasta que las personas empiezan a producir bienes o servicios en tal cantidad que el excedente pueda cambiarse por los bienes o servicios de otras. Pero la especialización de los papeles económicos de pende no sólo del nivel de la tecnología y de las necesidades de la tribu o sociedad sino además del grado de complejidad del proceso de comercialización. Las personas sólo se dieron cuenta gradualmente de que la división del trabajo las beneficia a ellas tanto como a las demás.
A pesar de que en el mundo antiguo había considerable especialización, al advenimiento del sistema fabril fue lo que originó el desarrollo de la división del trabajo. La máquina moderna hace posible producir partes o piezas pequeñas que pueden combinarse en un producto total. Esto, por fuerza, supone normalización y mayor simplificación en la manufactura de una pieza en particular. La mecanización también favorece  la eficacia de la producción y estimula el desarrollo de la propiedad y el control de las sociedades anónimas en gran escala. El capitalismo de las finanzas y la división del trabajo dominada por la máquina surgieron en la misma época histórica.
Algunas de las funciones o consecuencias de la estructura económica altamente diferenciada son las siguientes: 1) la especialización hace posible seleccionar  a los trabajadores según su capacidad para hacer una labor específica. Tanto la inteligencia como el temperamento pueden ser importantes. 2) Facilita la adquisición de alta  pericia en algún oficio determinado o en una fase individual de una operación. “El aprendiz de todo” se ve desplazado por quien con rapidez y exactitud puede aprender la pericia necesaria. 3) Aumenta la eficiencia porque ayuda a concentrar la atención y la pericia en partes únicas del trabajo, y esto, a su vez, se asocia, 4) la normalización del producto que hace posible la producción en masa y a menudo –aunque no siempre – da como resultado un producto mejor. 5) Ahorra tiempo y energía. Esta es la virtud de la automatización. 6) permite clasificar las pericias y los productos, lo que favorece la administración eficaz. Y 7) como reiteración, fomenta el sistema fabril y la organización de unidades de producción en gran escala. Esto quiere decir la reunión de obreros y máquinas bajo una administración, que hace sencilla la supervisión, permite concentrar materias primas en puntos convenientes y facilita la urbanización, con su comercialización más ventajosa.
Algunas de las supuestas consecuencias negativas de la división del trabajo, especialmente en la era de la máquina, son las siguientes: 1) El trabajo en fábricas y la producción mecánica suponen peligros para la salud y pueden producir enfermedades y accidentes si no se regulan de manera adecuada. 2) La excesiva  especialización puede concentrar tanto la atención y la pericia en simples reacciones musculares que provoquen la monotonía y la fatiga, destruyendo el incentivo y el interés creador de la persona por su trabajo. Los críticos del sistema fabril moderno suelen afirmar que ese trabajo es desagradable y desalentador, y que afecta el estado de ánimo de los trabajadores. Dicen que el artesano que hacia todo el producto – la silla, la casa, el par de botes, la tela -* comprendía cada paso del proceso, disfrutaba montando el material y tenía la genuina satisfacción de ver terminado el producto; argumentan que la máquina domina a la personalidad. Estos críticos tienden a convenir con Carlos Marx, que defendió la tesis de la máquina – cosa objetiva e impersonal –controlaba el espíritu, la iniciativa y la libertad del maquinista. En lugar de ser el fin o la meta del proceso económico, el individuo – según Marx – se convierte meramente en el medio de producción, apéndice de un sistema de máquinas que lo reduce a la nada. Lo impersonal q lo caracteriza a gran parte de la vida moderna se podría, pues, achacar no solo a las operaciones del mercado y al sistema salarial, sino al propio sistema fabril. 3) La máquina moderna tiende a destruir los oficios especializados y a sustituirlos por máquinas semiautomáticas y automáticas, dejando al obrero realizar solo movimientos sencillos. 4) En una sociedad capitalista, tan alta especialización tiende a hacer que el trabajador dependa cada vez más del propietario-gerente. Además, el ciclo económico expone al obrero a periodos de desempleo estacionales y a largo plazo.
Desde luego, las características que acabamos de describir no son conocidas. Con todo lo eficiente y ventajoso que el sistema fabril es para nuestro bienestar económico, no ha hecho su aportación a la sociedad y la cultura en general sin algún costo para los seres humanos. Sin embargo, la capacidad del hombre para hacer nuevos ajustes es grande; y cuando hay buena salud, ingreso adecuado con empleo estable y derecho a la jubilación, muchos de los efectos negativos de la extrema especialización tienden a desaparecer. En general, las sociedades altamente industrializadas hacen posible un nivel de vida superior al que la humanidad haya disfrutado en el pasado.”[12]
ACULTURACIÓN
“Cuando dos o más culturas entran en contacto la mezcla siguiente de tipos aprendidos de comportamiento común recibe el nombre de aculturación. Este proceso puede implicar la absorción casi absoluta de una cultura por otra, o una fusión relativamente igual de rasgos y tipos de ambas culturas. La aculturación puede ocurrir con asimilación o sin ella. Las relaciones de acomodación de las sociedades cristiana y musulmana a través de los siglos han desembocado en la aculturación. Los cristianos han adoptado  los tipos de conducta de los musulmanes y viceversa; pero los miembros de las dos sociedades no se han asimilado.
La combinación de elementos orientales y occidentales en la cultura actual de Japón es otro caso de aculturación en que los grupos nos e asimilan. La forma de vivir de los japoneses se ha occidentalizado de forma considerable en los últimos tiempos. E n Japón no sólo se viste más a la moda occidental sino que se advierten otros indicios de aculturación, tales como el mayor uso de teléfonos, televisores y ferrocarriles subterráneos, y hasta se han alterado tipos de cultura tan básicos como la alimentación y la educación oficial.
También, de la aculturación de las culturas españolase indoamericana, caracterizada por cierto grado tanto de asimilación como de amalgama, han surgido los patrones híbridos de las sociedades hispanoamericanas. Grandes porciones de las culturas griega y romana se han aculturado con tipos hebreos y germánicos y a su vez han enriquecido nuestra propia cultura.
Todo lo que atañe al grado de aculturación y a la relación recíproca de la acomodación y la asimilación tiene importancia crítica en el mundo contemporáneo – no sólo en las relaciones de unas naciones – Estados con otras en la paz y en la guerra, sino en las relaciones de las clases sociales entre si dentro de las sociedades-. Suele observarse que la distancia social entre las clases más privilegiadas y las menos educadas y peor pagadas de nuestra sociedad es más corta en grado considerable que hace una o dos generaciones. Cuando hablamos de la existencia de una “sociedad de masas”  nos referimos al hecho de que la señora de Rico y Juan Pueblo vieron el mismo programa de televisión anoche, de que ambos son miembros del club del Libro del Mes y de que sus hijos – que estudian en la Escuela de Rancio Abolengo y en el Instituto de Segunda Enseñanza, respectivamente – visten de manera bastante perecida. E n otras palabras, nos referimos a la aculturación entre las clases dentro de una misma sociedad.”[13]
SOCIALIZACION
“La socialización es la acción recíproca gracias a la cual el individuo aprende los requisitos sociales y culturales que hacen de él un miembro activo de la sociedad.
Esta interacción le enseña ideas, actitudes y valores. Aprende a someterse a las expectativas, tradiciones y sanciones culturales, desarrolla el sentido de su yo y llega a identificarse con grupos de atracción culturalmente definidos. Adquiere las actitudes del grupo de atracción hacía los grupos de repulsión – actitudes de oposición, de evitación del contacto o de indiferencia – La socialización inicial ocurre en las relaciones del niño con sus padres, con sus hermanos y con sus compañeros de juego; pero a través de toda si vida el individuo sentirá la influencia de la sociedad.”[14]
VALORES
“Los Valores son supuestos, tanto conscientes como inconscientes, de lo que es bueno, correcto e importante. Los valores tienen relación con las normas de lo deseable, Algún código de valores forma el núcleo de toda cultura. El ethos – es decir, las características fundamentales – de cualquier cultura es fiel reflejo de sus valores básicos. Durante en tremendo crecimiento experimentado por la industria y la población desde 1870 hasta ahora, la sociedad de Estados Unidos, pongamos por caso, llegó a caracterizarse por varios rasgos culturales que incluían: 1) la creencia en el éxito material del individuo y en el progreso general de la nación, 2) la fe en que la educación universal es el medio de resolver los problemas sociales y personales; 3) el convencimiento de que el mero tamaño es una virtud, encarnada en las dimensiones cada vez mayores de los rascacielos, las escuelas, las plantas industriales y las empresas; mayores de los rascacielos, las escuelas, las plantas industriales y las empresas; 4) el movimiento veloz a través del espacio, visto en la movilidad creciente de sus habitantes y en el progreso de los medios de comunicación y transporte; 5) el amor a la novedad – el cambio constante a algo nuevo y más excitante como ocurre en las noticias sensacionales, el drama emocionante, las carreras de bólidos y las modas y caprichos pasajeros- y 6) el ansia de dominio- el espíritu de lo de lo  “mayor y mejor” en casi todos los aspectos de la vida pública.
En contraste con ello, las formas de pensar y de actuar de los pueblos orientales durante el siglo XIX (antes de que la civilización de Occidente y sus valore las modificaran) se amoldaban a tipos bien distintos. No se creía en el valor que los norteamericanos atribuían al progreso. E l simple tamaño físico no tenía mérito especial. Ciertamente no había virtud inherente al movimiento rápido. En cambio, lo ideal era la meditación serena del erudito o el sabio. En la India, para la gran masa de la población, el deseo fundamental expresado en la vida religiosa era la renuncia al yo, el abandono del deseo personal y la eliminación de las ambiciones de llegar a ser importante – en lugar del deseo de lograr el éxito material propio y la continua identificación del yo con el esfuerzo y el triunfo individuales -. Naturalmente esas diferencias radicales en los valores de la cultura tienen como consecuencia que surjan grandes divergencias en las estructuras sociales y en los tipos de expectativas en la interacción social.”[15]

NORMAS SOCIALES
“Se llaman normas sociales al comportamiento que el grupo espera de sus miembros. Un conjunto de conductas previstas puede ir asociado a determinada situación o a una posición dada en la estructura social. He aquí algunos ejemplos de lo primero:” ¿Quién  ha oído jamás que los guisantes se coman con miel?”, “los niños exploradores son corteses”,  “un caballero digno de tal nombre paga sus deudas”. O, de modo más general: “No debió usted  hacerlo”. Se supone que hay que guardar silencio, ser respetuoso y no interrumpir  a los demás en la casa de Dios. De igual modo, la confianza que el cliente tiene en que su abogado no ésta obligado a dar al tribunal – y que por tanto no dará – pruebas comprometedoras contra él, es comportamiento esperado que se asocia con la posición del abogado en la estructura social.
Es de sobra sabido que no todos los miembros de cualquier sociedad cumplan todas las normas en todo momento, y que no existe norma que se obedezca siempre. Más aún, no todas las normas – ni siquiera la mayoría de ellas – están consignadas por escrito o legalizadas. Casi todos los acuerdos que tenemos con otros miembros de la sociedad son informales. No hay ley alguna que prohíba comer los guisantes con cuchillo ni que obligue a prestar dinero exclusivamente a los amigos o que exija que se formalice una prestación con el habitual apretón de manos. Sin embargo, estas son conductas compartidas y aprendidas; forman parte de nuestra cultura y casi todos nosotros nos atenemos  a ellas casi todo el tiempo.
Los sociólogos diferencian las normas, según el grado de importancia que la sociedad da a las reglas, en usos y costumbres.”[16]

LA PERSONALIDAD: HERENCIA Y MEDIO
“La herencia es la transmisión de las características genéticas de los padres a su descendencia. Por lo tanto, los valores hereditarios son innatos; existen en el momento mismo del nacimiento de la persona. Por medio entendemos generalmente aquellas fuerzas, situaciones y demás causas que afectan desde fuera al individuo. E l medio incluye el mundo físico externo al ser humano; la amenaza constante de una muerte por inanición con que se enfrenta un habitante de las regiones árticas podría contribuir a forjar una organización de la personalidad distinta de la que esa misma persona tendría en una lujuriante isla tropical. E l medio social modela también la personalidad: el niño criado por padres cariñosos, indulgentes y tolerantes  tendrá una personalidad distinta de la de otro con características heredadas similares que haya sido criado por padres desamorados, indiferentes y estrictos.
Herencia
Las características esenciales que todos los seres humanos heredan puede clasificarse de la manera siguiente:
1)    Estructura física (si el individuo es alto o bajo, si tiene la nariz larga o corta, si sus pies son grandes o pequeños; en una palabra: su constitución general).
2)    Reflejos (las reacciones directas ante los estímulos, tales como apartar con viveza la parte del cuerpo que recibe un alfilerazo y parpadear cuando algo se acerca a los ojos).
3)    Tendencias innatas (impulsos de actuar basados en las tensiones fisiológicas; pero deben vincularse por medio del aprendizaje con actividades que reduzcan las tensiones).
4)    Inteligencia (la capacidad de aprender, de modificarlas reacciones).
5)    Temperamento (reacciones típicas y reiteradas en asociación con el carácter emocional básico; por ejemplo: la imperturbabilidad, la excitabilidad o la apatía).
De las precedentes categorías, la de las tendencias innatas probablemente es la que se presta a mayores malentendidos. La fuente de la confusión es la tendencia de equiparar el impulso con la actividad que reduce la tensión. Esta actividad debe aprenderse; en otras palabras nace del medio. La tendencia  innata  no necesita aprendizaje; se nace con ella. Las paredes del estómago se contrae en el recién nacido; el impulso del hambre hace acto de presencia. Lo que ha de hacerse para calmarlos debe aprenderse y, por lo tanto, se halla sometido a cierto grado de control cultural. Aprender a saborear ya el pollo frito, y a  los saltamontes fritos, depende  de la sociedad en que nos criemos; ambos alimentos pueden reducir el impulso creado por el hambre. Los seres humanos tienen impulsos adquiridos socialmente, pero éstos se hallan enraizados en el aprendizaje social, no en la herencia. Los deseos de lograr una educación universitaria o de disfrutar de una existencia comunal son tensiones tan reales y tan claras como las tendencias innatas, pero son producto de la vida social, no de los genes.
La herencia tiene influencia restrictiva sobre el desarrollo de la personalidad. Una persona puede nacer con un severo retraso mental y, por consiguiente, quedar tan  limitada que le será imposible llegar a ser miembro participante de la sociedad en forma tan completa como otra nacida con la capacidad mental de “genio”, aunque ambas reciban las mismas oportunidades sociales. El carácter limitado de la herencia no se ha visto ilustrado de manera más sorprendente que en las observaciones que se hicieron de una mona y de un niño criados en un hogar norteamericano tal como si de hermana y hermano se hubiera tratado.”[17]

ECOLOGÍA Y URBANIZACIÓN

“Cuando un viajero llega en autobús al centro de una gran urbe norteamericana, suele encontrarse en una zona que contiene casas de empeños, cines abiertos toda la noche, y bares, hoteles y restaurantes “económicos”. Las estaciones de autobuses suelen estar en la sección de la ciudad donde hay servicios relativamente baratos para los viajeros de paso.
Si éstos quieren ir al mayor cine o tienda de la ciudad, pueden suponer, sin temor a equivocarse, que lo encontrarán a pocas manzanas del centro urbano. Si van a visitar a una maestra de escuela que vive en un domicilio familiar, pueden suponer que su destino se halla a considerable distancia de la estación de autobuses: las viviendas unifamiliares de la clase media por lo general están más alejadas del distrito comercial del centro y próximas a la periferia de la ciudad. Las personas pueden hacer todas estas predicciones porque las actividades humanas están tipificadas especialmente y según otras normas.
La ecología humana es la parte de la sociología que estudia la distribución, en el espacio, de los grupos humanos e instituciones sociales. La geografía no es el único factor de la distribución espacial de una población. Quizá en lo topográfico la parte norte de la ciudad no sea distinta de la del sur; pero si los primeros residentes de aquélla son ricos influyentes, habrá otras personas que querrán vivir a su lado y asociarse con ellos, y la propiedad del lado norte se hará culturalmente deseable. Los peones pobres, las minorías étnicas y otras personas de categoría inferior no suelen ser capaces de permitirse el lujo de residir en esta parte de la ciudad; ni tampoco tendrán suficiente influencia para evitar que se construyan fábricas contaminadoras en su vecindad. El carácter cultural del área de residencia determinará el espacio social: la residencia dentro de estos límites geográficos se considerará como símbolo de posición social y será uno de los factores que definirán las relaciones sociales.
A los ecólogos les interesa la distribución espacial de cualquier fenómeno social: qué parte de la comunidad tiene más suicidios, dónde viven las minorías, si la gente va a la iglesia en la vecindad en que vive, y así sucesivamente. El ecólogo considera las relaciones espaciales como índice de las relaciones sociales y, por lo tanto, le interesa la estructuración espacial de las actividades humanas para conocer la estructura social y los grupos sociales.
Los ecólogos como otros sociólogos, tienen interés tanto en la estructura como en el proceso. La estructura ecológica se representa con un mapa que muestra la distribución de alguna actividad social, tal como el juego de azar o la fertilidad o el comercio al mayoreo. Los progresos ecológicos incluyen los cambios en la estructura ecológica, tales como la expansión del área dedicada al comercio detallista o el cambio de un vecindario de norteamericanos de origen polaco a otro puertorriqueño”.[18]
ESTRUCTURA ECOLOGICA URBANA
“Las ciudades tienden a situarse en las rutas comerciales, y el comercio tiende a seguir la topografía de la menor resistencia. La gente envía sus productos rio abajo hasta mercados remotos. Las rutas terrestres a lo largo de los valles, sobre los pasos ajos de las montañas, por una cadena de oasis en un desierto, representan otros tantos esfuerzos por vencer los obstáculos naturales con el mínimo gasto de energía, tiempo y recursos sociales. Donde ocurra una interrupción de este movimiento es probable que surjan ciudades: donde el comercio marítimo deba transferirse al transporte fluvial, o donde haya una pausa en el viaje por tierra a causa de la topografía, las barreras políticas u otros factores. París, la capital de Francia, apareció donde las rutas comerciales hacía el Norte y Sur cruzaban el Sena. Según la expresión de Charles Horton Cooley: “La población y la riqueza tienden a acumularse donde se produce un alto en el transporte”. Generalmente, cuando mayor es el área y tributaria o de apoyo mayor será la ciudad central. No obstante, los factores de la topografía, la densidad demográfica y la organización política y económica influyen también en la pauta de situación y crecimiento.
El examen de un gran plano de cualquier ciudad muestra cómo su estructura y crecimiento dependen ante todo del carácter del sitio mismo. Richard M Hurd observa:
“El primer paso para proceder al estudio de la planificación de las ciudades es tomar nota de los defectos  topográficos que suelen obstaculizar la formación de las ciudades por limitar su libre expansión en todas las direcciones desde el punto de origen. Son de dos clases: las superficies acuáticas, tales como puertos, lagos, ríos, arroyos y pantanos, o las alternativas bruscas del nivel normal de la ciudad, tales como escarpadas lomas profundas hondonadas y barrancos.”[19]
Cuando la superficie es plana y no tremedales u otros obstáculos, la ciudad tiende a crece hacia afuera, partiendo del centro original, mientras no haya interferencias de otros factores creados por el hombre, tales como carreteras, murallas defensivas y vías férreas. La topografía presta a una ciudad su estructura más obvia. Los pueblos y ciudades situados a orillas de las vías acuáticas tienen que seguir la trayectoria de crecimiento impuestas por las barreras de agua. En la topografía de valles y colinas, aquéllos tienden a convertirse en las rutas de comunicación más convenientes y en asiento de núcleos industriales y comerciales mientras que las secciones residenciales ocupan terrenos más elevados. Si las lomas son muy empinadas, los viajes entre los lugares de residencia y de trabajo resultan difíciles, por lo que, al final, incluso el crecimiento residencial tiende a seguir la línea de menor resistencia. Hurd resume así  las principales influencias de la topografía: “La tierra llana atrae los negocios, las elevaciones moderadas atraen las residencias, las zonas situadas por debajo del nivel normal atraen las empresas de transporte y las superficies se relleno se utilizan generalmente par almacenes, fábricas y viviendas baratas”.[20] Desde luego, cuanto más tiempo hayan vivido los habitantes en un lugar, menos importante será la influencia de la topografía natural y mayor importancia adquirirá el “paisaje cultural” creado por el hombre. Éste se abre paso a través de las montañas, deseca y terraplena las ciénagas, construye diques, draga las desembocaduras de los ríos y los puertos, construye canales y alerta de mil maneras el paisaje natural.
 L a ubicación de una ciudad no tarda en desarrollo una estructura o forma en que el trazado de las calles representa el papel más importante. A menos que haya un plan concreto cuando se funda una ciudad, las calles siguen la topografía natural y el mejor terreno se reserva para las tiendas al menudeo y las residencias. Así queda decidido el proyecto fundamental, con pocas variaciones, de una vez por todas. A partir de entonces, las calles tienden a construir obstáculos para el desarrollo futuro. Las ciudades que tienen calles estrechas o sinuosas, como Boston, Massachusetts, o las cruzadas por muchas avenidas diagonales, como Washington, D.C., o Madison, Wisconsin, producen dificultades en extremo serias en la circulación de vehículos.
Si no hay una planificación previa o la topografía natural no lo impide, las ciudades tienden a crecer de manera axil o radial. Cuando las calles se trazan con seguridad en manzanas cuadradas o rectangulares, el crecimiento urbano se limita por lo general a la dirección que determinen las intersecciones de dos calles o avenidas importantes. La forma rectangular tiene sus ventajas e inconvenientes, pues permite trazar manzanas de igual tamaño, facilita la división de la ciudad en distritos administrativos y simplifica el adecuado control policiaco y militar; en cambio, con manzanas rectangulares no hay vías principales que faciliten la circulación entre el centro y la periferia, aunque el movimiento puede no ser difícil dentro del centro mismo.
El patrón radical aparece cuando hay un centro natural al final de varias vías convergentes. A medida que va creciendo la ciudad, tiende a seguir estas arterias principales, produciendo urbes en forma de estrella, tales como Tokio, Núremberg y las secciones más antiguas de Londres. Acaso sea ésta la forma más eficiente de desarrollo.
A veces se observan combinaciones de los tipos rectangular y radical. Suele ocurrir entonces que a las numerosas carreteras que originalmente conducían a la aldea o villa se le sobrepone el trazo rectangular cuando la ciudad comienza a crecer. Washington, D.C., por ejemplo, fue planeada de manera deliberada para que combinara la estructura radical con la rectangular.
Algunas calles europeas se prolongaron alrededor de ciertos sectores urbanos a medida que se derriban las murallas, se rellenaban los fosos o se dividían los parques. E n París hay como mínimo cuatro conjuntos de calles circulares cuyo trazado siguió al de sucesivas murallas que se demolían para ampliar el recinto urbano. La Ringstrasse de Viena se abrió sobre una serie de parques públicos que a su vez habían sustituido a viejas fortificaciones.
Si bien las calles brindan la estructura básica de una ciudad, las líneas del ferrocarril contribuyen también a ella. En Chicago, pongamos por caso, las vías han tendido a fragmentar y a aislar ciertos distritos de otros, aunque en su mayoría las líneas han seguido las orillas del lago o las del rio Chicago y sus afluentes. Las Zonas de comercio al mayoreo y, más particularmente, las áreas industriales necesitan muchas vías férreas  y en sus proximidades suelen crearse barrios míseros. Ocurre también q las vías de ferrocarril situadas en las afueras de una ciudad más tarde se convierten en barrera a un mayor desarrollo. La distribución geográfica de las grandes urbes en todo el mundo refleja diversos acontecimientos en el comercio, la industria, el transporte, y el Gobierno, la religión y la agricultura. Las ciudades situadas con mayor fortuna han florecido y se alzan hoy como grandes centros metropolitanos que dominan en mayor o menor grado su área circundante. Tal crecimiento ha sido casi siempre concomitante  de la industrialización. Los porcentajes de la población que quedan dentro de la categoría urbana varían ampliamente – desde Gran Bretaña con 80%, Alemania Occidental con 72% y Estados Unidos con74% (en 1970), hasta países muy poco urbanizados , tales como Pakistán y Tailandia con el 10%.  La distribución entre comunidades rurales y urbanas nos siempre es fácil de apreciar, aunque casi todos nosotros tenemos una idea intuitiva de lo que es rural y lo que es urbano. El censo de Estados Unidos clasifica esencialmente todos los lugares de más de2500  residentes como urbanos y todos los demás como rurales.”[21]
RAZA Y CULTURA
“La cultura es uno de los determinantes básicos de la personalidad. Lo que el individuo tiene oportunidad de aprender determina sus reacciones ante cualquier situación y limita su actividad como miembro de la sociedad. Esto se vio claramente en los estudios realizados con gemelos idénticos  cuyos intereses y actitudes y hasta su coeficiente de inteligencia eran distintos porque habían sido socializados en medios diferentes.
A menudo se ha interpretado como diferencias raciales innatas los resultados de los medios culturales. Ejemplo de ello es la generalizada creencia antigua de que hay diferencias  heredadas de inteligencia entre razas. Hubo un tiempo en que se solía aceptar como prueba de inferioridad racial el hecho de que los negros eran peones sin clasificación más a menudo que los blancos o que éstos se encontraban más frecuentemente en categorías económicas o de educación altas que los negros.  Ahora sabemos que estas diferencias entre razas eran consecuencia de la estratificación social, no de la biológica. Algunos estudios realizados en distintas épocas en diversas partes del país señalan que las diferencias de resultados en las pruebas de inteligencia por raza, así como las diferencias por región, son imputables a factores del medio. Debe recalcarse que las distintas experiencias culturales hacen tan difícil probar que no hay diferencias heredadas entre las razas como probar que si la hay. Pero no contamos con prueba científica alguna que apoye la creencia de que tales diferencias heredadas existen. Un grupo de distinguidos sociólogos ha resumido la situación en una declaración sobre las razas hecha pública en asamblea de la sede de la UNESCO en París.
“En ninguna de las  clasificaciones que del hombre hacen los antropólogos se incluyen como factor de ellas las características  mentales. Ahora se reconoce generalmente que las pruebas de inteligencia por sí solas no nos permiten determinar diferencias seguras entre lo que se debe a capacidad innata y lo que es consecuencia de influencias del medio, las pruebas han demostrado semejanzas esenciales  en los caracteres mentales de todos los grupos humanos. En una palabra: donde hay márgenes parecidos se oportunidades culturales para realizar las potencialidades de los miembros de cada grupo étnico, el promedio de resultados ha venido a ser el mismo, poco más o menos.”[22]
Es posible reunir pruebas de que, una raza ha producido una cultura superior a los demás, si se desconoce la historia humana.  Por ejemplo, puede argüirse que, si se considera la industrialización y el equilibrio actual de las potencias, los caucasoides son evidentemente superiores a los mongoloides. Por esto, no explica dónde estaba tal superioridad cuando los mongoloides acaudillados por Atila o con Gengis Kan asolaban a Europa, ni cómo pudo suceder que los chinos inventaran la imprenta cuatro siglos antes,  que los europeos, ni que los africanos fundieran ya el hierro  cuando los europeos vivían todavía en las cavernas.”[23]
TOXICOMANÍA
“Los estatutos federales de Estados Unidos, definen al toxicómano como el individuo que ”habitualmente usa cualquier droga narcótica que, crea hábito, según su definición… hasta el extremo de poner en peligro la moralidad, la salud, la seguridad o el bienestar públicos; o el que es o ha sido tan dado al uso de tales drogas que, ha perdido el dominio de sí mismo, con respecto de su enviciamiento”. Los principales narcóticos en cuanto a uso son la morfina y la heroína, derivadas del opio, y también la cocaína, que procede de la planta llamada coca.  Desde el punto de vista fisiológico y psicológico, estas sustancias se dividen en dos categorías: Deprimentes y estimulantes. Las primeras menguan la actividad mental y física; las segundas facilitan y provocan reaccione, y reducen los síntomas de la fatiga. Las drogas deprimentes más importantes son la morfina y la heroína; la estimulante más conocida, la cocaína.
A juzgar por las noticias médicas que se han conservado en algunas tabletas asirias, el opio era muy utilizado para usos terapéuticos ya en el año 4000 a.d C. Su empleo se extendió por el Cercano Oriente y más tarde llego al mundo clásico (Grecia y Roma). Durante la Edad Media, los médicos árabes utilizaron copiosamente el opio  y los mercaderes de dicha nación coetáneos de Mahoma lo llevaron a la India. Hacía el siglo VII había penetrado en China. En Europa se usó mucho el opio desde el siglo XVl por lo menos, distintas formas de medicinas y brebajes a principios del siglo XIX varios químicos europeos lograron  extraer ciertos alcaloides del opio en rama. El primero fue la morfina, después la narcotina y por último la codeína. En 1898 se produjo la heroína, que es tres veces más potente que la morfina. A lo largo del siglo XIX el opio se utilizo en Europa y en América para casi todas las enfermedades conocidas. El invento de la aguja hipodérmica en 1845, facilitó su empleo tanto en la medicina como en la toxicomanía. “[24]
   ALCOHOLISMO
“El alcoholismo es una forma de Psicosis tóxica; que se ha convertido en grave problema mundial. Alguien ha asegurado que las bebidas alcohólicas se remontan probablemente a la época en que, el hombre prehistórico inventó un vaso, una escudilla, un cuenco o cualquier otro tipo de vasija. Sea como fuere, la antigüedad y el consumo generalizado del alcohol, en una u otra forma es algo en que están de acuerdo todos aunque el significado cultural de esta clase de beber, varía entre las distintas sociedades. No es seguro que, el alcoholismo tal como lo entendemos en los tiempos modernos, existiera en los pueblos primitivos.
Pero no cabe duda que, en diversas ceremonias festivas muchas tribus se entregaban periódicamente a excesos alcohólicos. Entre las sociedades cultas hay grandes diferencias, como se puede apreciar en la sobriedad de los judíos ortodoxos europeos y en la desmedida afición a la bebida de los irlandeses. También los cambios del clima y la definición culturales, tales como los que acompañan a la inmigración a Estados Unidos, pueden reflejarse en modificaciones del consumo de bebidas alcohólicas. La Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas, define a los alcohólicos  como aquellos individuos “cuya necesidad  de ingerir alcohol ha llegado a tal grado que muestran notorios trastornos mentales,  o deterioración de su salud orgánica o mental de sus relaciones interpersonales y de sus tratos sociales y económicos normales, o quienes presentan… indicios de ellos”. Está por resolver el enigma del por qué algunos bebedores inveterados se convierten en alcohólicos y otros no, pero ahora se reconoce en general que, el alcoholismo es enfermedad física.
Hay ciertos indicios de que, el alcoholismo se ha reducido durante el último siglo. Indudablemente, los Estados Unidos ha decrecido el consumo de licores destilados, en tanto que ha aumentado el de la cerveza y vino. Así, por ejemplo, en 1850, el consumo anual per cápita de alcoholes destilados fue de 2,24 galones (8,478 litros); el de licores de malta, 1,58 galones (5,978 litros), y el de vinos, 0,27 (1,021 litros). Las cifras correspondientes para 1962 fueron de 1.23 (4,656 litros), 15,29(57,873 litros) y 0,91(3,44 litros). Para la población mayor de 21 años, los estimados de los bebedores van desde 57 hasta 65%. Y de éstos, la proporción de hombres a mujeres es de 3 a 2.
EL Proceso Alcohólico
Como sucede con todas las formas de toxicomanía, lleva tiempo convertirse en alcohólico; a veces, hasta 20 años. Clenard asegura que, lo que él llama  “proceso alcohólico” pasa por cuatro etapas 1) la persona bebe moderadamente al principio, por lo general en compañía de otras. 2) el bebedor se excede en el consumo de alcohol y comienza a perder el control de éste. A veces empieza por la ingestión copiosa durante los fines de semana o en vacaciones. 3) en la etapa alcohólica que apenas tiene complicaciones, hasta cierto punto. El individuo parece incapaz de realizar sus actividades cotidianas sin ayuda de la bebida. Por mucho que prometa una y otra vez dejar el vicio es incapaz de hacerlo; recurre a la mentira y frecuenta las tabernas y demás establecimientos en que se sirve licor, sacrificando su vida doméstica, y gasta más de su ingreso para satisfacer su necesidad. Comienza a ser “bebedor solitario” para evitar que lo vean sus antiguos amigos. 4) es la fase crónica, caracterizada por su intensa sed de alcohol. Como muy bien explica Clenard, “el alcohólico bebe ahora para vivir y vive para beber”. Toma muy pocos alimentos. Se va desarrollando en él una verdadera neurosis de ansiedad por su temor a que, se le acabe la bebida. Su organismo necesita ingerir alcohol a cada momento. E s un enfermo.
Durante numerosos decenios se han realizado esfuerzos por curar el alcoholismo. La organización de nuestros días más conocida por sus intentos serios de ayudar a los alcohólicos a dejar de beber es la llamada Alcohólicos Anónimos. E l creciente reconocimientos de que. El alcoholismo es una enfermedad no índice de flaqueza moral debe mejorar las tentativas de resolver el problema.”[25]
EL PROCESO DE SALUD-ENFERMEDAD: UN FENOMENO SOCIAL
“Los conceptos teóricos de lo que se ha denominado el mundo de lo social se pueden considerar como los pilares de la estructura de la teoría de las ciencias sociales.
Estos conceptos tienen como fundamento los temas relacionados con las condiciones sociales, en las cuales se desenvuelve la conducta humana, por ejemplo, los aspectos económico, político, ideológico, religioso y cultural.
El entrelazamiento de estos problemas integra el campo de las ciencias sociales, y dentro de ellas al hombre como ser dotado de una construcción social, como es su personalidad, en cuya formación han participado la familia y el entorno social que, a manera de armazón, le da defensas para enfrentarse como posibilidad individual en su trayecto desde el nacimiento hasta la muerte, con sus contradicciones, dudas, pasiones y deseos.
La sociología sigue el debate sobre su posición frente al objeto concreto de la conducta humana, como la expresión que brota de las condiciones de existencia propias del medio social  en el cual la persona presenta su lucha en un momento existencial transitorio que se ha denominado la vida.
Partiendo de la consideración de que la personalidad es una construcción social, es decir, la persona es un ser social, también se podría considerar que “es cierto que los hombres nacen solos y mueren solos” pero el antes y el después de estos dos extremos de las manifestaciones de la vida y su intervalo son eminentemente sociales; es más, las formas de producirse ese nacimiento y es muerte están determinadas por el carácter que tengan las relaciones sociales donde el individuo desarrolla su existencia.”[26]
LA OPCION DE EPIDEMIOLOGÍA SOCIAL
“El análisis de los distintos estudios referidos a la relación entre los factores socioeconómicos y las condiciones de salud de la población revela que en su mayoría se ocupan de investigar patologías específicas, como pueden ser las enfermedades isquémicas del corazón, la tuberculosis, las enfermedades diarreicas, la desnutrición o alternativamente sus resultados sobre la mortalidad. De este hecho, se puede inferir que el objeto de estudio utilizado es esencialmente la enfermedad en cuanto  hecho biológico natural del individuo, en cuya generación pueden influir los factores socioeconómicos, pero que en sí mismo no tiene carácter social. Otros estudios construyen su objeto de modo distinto al ocuparse de la patología, típica de un determinado grupo, constituida por el conjunto de las enfermedades más frecuentes, partiendo de la definición médica clínica de ellas.
Los objetos de estudio, así constituidos, comparten algunas características básicas, ya que en ambos casos se inscriben en la tradición teórica de la medicina clínica, que estudia la enfermedad separada de la salud y que le confiere carácter exclusivamente biológico. La forma de concebir su relación con lo social es como factor casual externo al biológico, que a lo mucho lo desencadena o condiciona. Finalmente, al estudiar lo social, parte de lo empírico aparencial, esto es, trata a los indicadores como si fueran categorías teóricas.  Este  proceder deriva en una incomprensión de la esencia de los procesos sociales y su manera específica de expresarse en el proceso salud-enfermedad de los grupos sociales.
Esta metodología errónea a nuestro parecer, ha tenido como una de sus  consecuencias el énfasis grande en el análisis de la esfera del consumo y de las conductas como generadoras de distintas patologías sin interrogarse acerca de sus determinantes.
Aparecen así. Categorías empíricas, las más de la veces aisladas como (pobreza), (educación)y (desempleo), como los elementos explicativos de una determinada patología.”[27]
SOCIEDAD CULTURA Y SALUD
“ Con respecto a las interpretaciones sobre la estructura y el funcionamiento de la conducta humana, es importante señalar que sobre el particular, las ciencias sociales específicamente la Sociología, la Antropología y la Psicología presentan distintos enfoques. En algunos se da la prioridad al sujeto y en otros se le da más importancia a la cultura y al contexto social. Veamos algunas diferencias al respecto.
Tendencia Culturológica
En la tropología cuyo eximio representante es Leslie White (La ciencia de la Cultura), sostiene una diferencia entre las interpretaciones culturológicas de la conducta y las interpretaciones psicológicas de la misma, con base en una caracterización de lo que se entiende por conducta humana a diferencia del comportamiento animal. Tal como hemos visto, solo aquella porción de la conducta humana que consista en símbolos o que depende de ellos puede ser apropiadamente llamada humana; el resto es meramente conducta animal.
La cultura adquiere una cierta autonomía relativa, para decirlo en términos marxistas, la superestructura ejerce una sobredeterminación sobre la infraestructura, en la medida que tiene leyes relativamente autónomas de funcionamiento. Así por ejemplo. Una aplicación Culturológica de la esclavitud hace a esta  institución claramente intangible. La esclavitud como institución existe y perdura sólo mientras el amo pueda obtener provecho y ventaja de la explotación del esclavo. Esto únicamente es posible cuando un grupo familiar es capaz de producir mucho más de lo que requiere para la contaminación de su existencia. La eficiencia de producción está determinada, naturalmente, por el grado de desarrollo tecnológico. La esclavitud no existió durante los centenares de millares de años que precedieron al período neolítico, pues la cultura no se había desarrollado lo suficiente como para que alguien produjera más que lo necesario para su subsistencia. Carecería ciertamente de sentido – aún en el  caso de que fuera posible – que una tribu de salvajes esclavizara a otra. Si el mantenimiento de esta última demandara todo lo que la misma fuera capaz de producir. Por tanto, no encontramos esclavitud en las épocas tempranas de la historia humana, ni tampoco en el mundo moderno entre gente con bajos niveles de desarrollo tecnológico. Pero cuando en el curso de la evolución cultural el progreso tecnológico acrecentó la productividad humana en grado suficiente como para que la explotación resultará de provecho y ventajosa, la institución de la esclavitud hizo su aparición, Correspondiente, cuando la cultura -  particularmente la cultura tecnológica – alcanzó un cierto punto en que ya no podía ser servida eficientemente  con “enseres” humanos, la institución de la esclavitud dejó entonces de existir. La esclavitud murió, no porque alguien descubrió la dignidad esencial del hombre, o debido a un naciente espíritu de cristiandad o democracia, sino, tal como lo dijo Lewis H. Morgan hace tiempo, porque un liberto es una  “máquina fabricadora de bienes” mejor que un esclavo.
Esta interpretación también cuestiona de otra parte, las interpretaciones de la conducta en base a la existencia de una pretendida naturaleza humana;  pues la naturaleza humana es un término abstracto cuya  realidad histórica no es pertinente porque  en general las condiciones orgánicas y psicológicas de un sujeto, tiene sus formas de manifestación en el contexto de una determinada cultura, en la medida en que la cultura es una organización de fenómenos, actos (pautas de conducta), objetos (herramientas: cosas hechas con herramientas), ideas (creencias, conocimientos) y sentimientos (actitudes, “valores”) que dependen del uso de símbolos.
La cultura  comenzó cuando apareció el hombre como primate articulado, que usaba símbolos. En virtud de su carácter simbólico, cuya expresión más importante es el lenguaje articulado, la cultura es transmitida fácil y rápidamente de uno a otro organismo humano. Dado la facilidad de transmisión de sus elementos, la cultura se convierte en un continuum; fluye a través de los tiempos de generación a generación y se expande lateralmente de uno a otro pueblo. El proceso cultural es también acumulativo; de tiempo en tiempo entran en la corriente nuevos elementos que acrecientan el caudal. El proceso cultural es progresivo en el sentido que avanza hacía un mayor control de las fuerzas de la naturaleza, hacía una mayor seguridad par la vida del hombre. La cultura es, en consecuencia, un proceso simbólico, continuo, acumulativo y progresivo.
De todas maneras sigue teniendo vigencia la formula popular de la interpretación de la conducta en base a la “naturaleza humana”; es decir, la gente se comporta de tal o cual manera, tiene sus creencias, sus hábitos, sus instituciones porque así es la naturaleza humana y con que solo conocerla, se puede comprender la sociedad y la cultura y señalar las tendencias de su funcionamiento.
Sin embargo, la polémica sobre este particular podría desarrollarse en el siguiente orden: La falacia o ilusión consiste claramente, en que aquello que se toma por “naturaleza humana” no es de modo alguno natural sino cultural. Las tendencias, el énfasis,  y el contenido que manifiesta la conducta abierta de los seres humanos con frecuencia no son debidos a una determinación biológica innata (aun cuando tales determinaciones existen, por supuesto), sino a la estimulación causada por los elementos culturales externos. Mucho de lo que comúnmente se denomina “naturaleza humana” es sencillamente cultura.
Definitivamente qué podemos atribuir a la naturaleza humana? Lo que la comunidad o una organización social prefiere, estimula o rechaza no es determinado por las atracciones y repulsiones propias del organismo humano; por las atracciones y repulsiones propias del organismo humano; por oposición dichas preferencias y rechazos son producidas dentro del organismo humano por una cultura que influye sobre él desde afuera, así por ejemplo, ¿está en la naturaleza humana besar a un ser amado?, Si así fuera, la práctica será entonces universal. Pero no es así. Hay gente que no se besa para nada. Otra se frota las narices. Hay quienes se limitan a olisquear la nuca de los niños. Y en algunas sociedades un padre o pariente mayor escupe la cara de un niño;  la saliva es considerada aquí como una sustancia mágica y el acto representa por lo tanto una especie de bendición. En otros pueblos varones adultos se besan entre sí. Cierta vez tuve la oportunidad de presenciar el saludo entre hombres en uno de los valles aislados del as montañas caucásicas. Se besaban fervientemente empujando a un costado los tupidos hirsutos bigotes para llegar  a los labios. Otra gente considera como no masculina la práctica del beso entre varones adultos.¿ Dónde aparece la naturaleza humana en este  cuadro? Totalmente inexistente. La actitud hacía el beso así como su práctica no son determinadas por seseos innatos del organismo humano. La conducta oscular  sería en ese caso uniforme a través del mundo, ya que el organismo es uniforme. Pero no es así. La conducta varía por que las culturas difieren. Hacemos o declaramos tabú, lo que nuestra cultura nos pide.
L a conducta humana varía ampliamente en otros puntos. Los celos sexuales son tan poderosos y tan agudos en algunas sociedades como para que perezca absurda toda duda de que no se trate de una sencilla y directa expresión de la naturaleza humana. Es  “perfectamente natural” que un amante sienta celos por un rival. Si un hombre mata “seductor” de su esposa, un jurado compuesto por iguales lo puede declarar inocente;  no era más que natural que procediera así, observan.
Hallamos, sin embargo, sociedades, como los esquimales, en sonde las esposas son prestadas a los huéspedes como parte de la hospitalidad. Y la doctora Margaret Mead refiere que los habitantes de las islas Samoa sencillamente no pueden comprender que haya celos entre amantes, y nuestros sentimientos en tal sentido les parecen increíbles o absurdos.
En ciertos grupos, el contacto sexual premarital está permitido a  las muchachas y, a demás, la práctica forma parte integral de la  rutina del noviazgo. De esta intimidad nacen un  conocimiento mutuo, una simpatía y una comprensión que dan base a un matrimonio duradero. En otros grupos, la novia es sometida a pruebas de castidad y se le mata si ya no tiene su pureza. L a madre soltera es estigmatizada en algunas  sociedades y algo que se da por sentado en otras. Las actitudes hacía la homosexualidad varían de modo análogo; en algunos grupos es marca de vergüenza y degradación, en otras es reconocida y aceptada.
Algunas sociedades reconocen y dan estado a un tercer sexo o  sexo intermedio (el bardaje o travestido). Un hombre debe evitar cuidadosamente a su suegra en ciertas sociedades; no le debe hablar no permitirse nada en presencia de ella.


En otras tribus un hombre no debe tener trato social con su hermana, algunos pueblos consideran la poligamia con aversión y hasta con horror.” [28]
EL TABAQUISMO
“En este grupo de consideraciones sobre los diferentes hábitos, con caracteres de vicios, no podía faltar el comentario sobre el más difundido, el más universal fenómeno compensador de tempranas frustraciones. Que el tabaco, especialmente el fumado, posea las peculiaridades dichas, entre otras tantas, encuentra explicación en que sus efectos inmediatos son menos nocivos que sus equivalentes y sustitutos simbólicos; en que su componente masoquístico puede relegarse con mayor facilidad a un segundo plano, sin perder por otra parte evidencia;  en que sus repercusiones sobre la conducta no llevan al desajuste o a la sanción; en que, finalmente, cumple su cometido de manera más velada y más aceptada por las instancias represoras y censuradoras. Sin embargo, esto de los efectos perturbadores no es despreciable. Recuérdese las descripciones fieles de no infrecuentes casos de verdadera intoxicación tabáquica, con manifestaciones tan graves como depresión profunda, alteraciones de la percepción del tipo de las ilusiones y de las alucinaciones: disminución de la agudeza visual y auditiva, afasia pasajera y trastornos de la memoria. Claro que éstos son fenómenos agudos, ocasionados por cantidades excesivas de nicotina. Pero a su lado existen las  alteraciones crónicas, de instauración lenta, provocadas principalmente por la disminución de la capacidad pulmonar y por lesiones vasculares, que influyen sobre la movilidad y la fragilidad capilares. A partir de estos trastornos, es comprensible la localización de lesiones en todos los aparatos y sistemas del organismo.
Muy conocidas son otras manifestaciones directamente vinculadas con el tabaco, aun usado en proporción moderada: alteraciones miocárdicas, taquicardia, arritmia, dolores seudoanginosos, sensación de fatiga, ansiedad, palpitaciones, elevación de la tensión arterial; cambios en las secreciones y en la movilidad gástricas, de donde su relación directa con las enfermedades ulcerosas. Inclusive se ha pensado en su vinculación directa con la etiología del cáncer.
Las explicaciones psicológicas profundas que se han mantenido sobre el tabaco – desde su aparición en la historia -  para incorporarlo en las costumbres y para hacer de él base de ceremoniales y ocasión de refinamientos sutiles, son el fondo de  las mismas que determinan la ingestión del alcohol y otras actividades dinámicamente similares.
Pero existe otro hecho llamativo: la relativa ausencia de referencias en los modernos tratados sobre toxicomanías; quizá su extensión, al lado de las consideraciones expuestas anteriormente, determinen que esto es así. Vale la pena recordar entonces que su trayectoria y su incorporación a la costumbre son recientes. Inclusive su aparición en el lenguaje escrito. Corominas (Diccionario crítico-etimológico de la lengua castellana) trae como primera documentación la de Oviedo en 1935. Aun cuando da por incierto el origen de la palabra, sugiere que es de procedencia árabe y que se empleó en España e Italia para nombrar la olivarda, el eupatorio y otra hierbas medicinales; muchas de ellas adormecían a la planta o embotaban los sentidos y es entonces presumible que los españoles dieran a la planta americana ese nombre, por la semejanza de sus efectos visibles.
Realmente, su creciente importancia data del descubrimiento de América, fecha que marca comienzo de su propagación a todo el mundo civilizado. El mismo Corominas cita el diario de Colón donde, con fecha 6 de noviembre de 1492, menciona el hábito pero no su nombre: “Hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mujeres y hombres, con un tizón en la mano, yerbas para tomar sus sahumerios que acostumbraban.”
Y el padre Las Casa dice: “Son una yerbas secas metidas en cierta hoja seca también, a manera de mosquete hecho de papel de los que hacen los muchachos la Pascua del Espíritu Santo; y encendido por una parte de él, por la otra chupan o sorben o reciben con el resuello para a dentro las carnes y cuasi emborracha, y así dizque no sienten el cansancio: estos mosquetes, o como las llamáremos, llaman ellos tabacos.
Estos efectos descritos, claramente tóxicos, aun en pequeñas dosis, eran sin duda ocasionados por la impureza de las hojas, por sus mezclas y por la brasa originaria de la combustión. Efectos que al ser suprimidos no incidieron sobre su uso, lo que demuestra su poca importancia en épocas posteriores, aun cuando no en las inmediatas a su difusión en el viejo continente, ya que en un comienzo sólo fue permitido el empleo a clases bajas, y en las restantes se consideraba como un atentado a las buenas costumbres y a la cortesía.
Cabe mencionar, como curiosidad que en Prusia estaba prohibido fumar en la calle hasta el año 1848.Vestigios de estas restricciones pueden observarse en forma indudable, en muchas pautas religiosas o sociales, que circunscriben el empleo o llegan a prohibirlo totalmente. Esto, en todo tipo de pueblos, de civilización y de culturas.
No ha sido  infrecuente, por otra parte, su utilización incorporada a rituales de determinados credos e inclusive a procedimientos supuestamente curativos. Catalina de Médicis, en cuyo honor la planta fue bautizada “Herba Catharinaria”, propició el uso del polvo del tabaco en el tratamiento de la cefalea en Francisco II y en Carlos IX. Poco después, la planta pulverizada tomaba el nombre de “Panacea Catherinaire”  y se utilizó en el tratamiento de enfermedades supuestas o imaginarias de ricos cortesanos y por último del pueblo en general.
Esos y otros muchos movimientos de extensión fueron refrenados violenta aunque esporádicamente por legislaciones totalmente independientes. E n suiza, en el año 1660, el hecho de fumar tabaco se consideraba delito grave. En Hungría, el cultivo de la planta podía conducir a la confiscación de bienes.
Sin embargo, todas estas vicisitudes entre la represión y el relajamiento de las normas, no puede explicarse sino como una serie de tentativas finalmente inútiles, por cuanto la primera se encuentra dirigida a la manifestación externa peno ni a la causa, que en la profundidad del espíritu intenta compensar lo que le ha faltado o le ha sido insuficiente.”[29]









[1] Magister en Relaciones Internacionales y Comunicaciones (Universidad Complutense de Madrid), Especialista en Pedagogía Grupal y Universitaria; redes sociales ((Fundación Universitaria Monserrate). Comunicador Social y Periodista (Universidad los Libertadores). Se ha desempeñado como periodista del diario El Espectador y docente universitario en varias instituciones como la Fundación Universidad Central, Universidad Cooperativa de Colombia y Fundación Universitaria los Libertadores, entre otras.
[2] W. MACK,Rymon, PEASE, Jhon. Sociología y Vid social. Pág, 21. Edit. Uthea. 1980. México 
[3] B.MCKEE James, Introduction to Sociology, Pág 124, 1969
[4] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 43. Edit. Uthea. 1980. México 
[5] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 44. Edit. Uthea. 1980. México
[6] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 45. Edit. Uthea. 1980. México.
[7] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 53. Edit. Uthea. 1980. México.
[8] Véase MEAD Margaret, Co-operation and Competition Among Primitive Peoples. Pág,360. McGraw Hill New York 1937
[9] Véase MEAD Margaret, Co-operation and Competition Among Primitive Peoples. Pág,511. McGraw Hill New York 1937.
[10] Véase MEAD Margaret, Co-operation and Competition Among Primitive Peoples. Pág,513. McGraw Hill New York 1937.
[11] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 56. Edit. Uthea. 1980. México 
[12] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 65. Edit. Uthea. 1980. México  .
[13] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 72. Edit. Uthea. 1980. México 
[14] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 73. Edit. Uthea. 1980. México  .
[15] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 94. Edit. Uthea. 1980. México 
[16] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 95. Edit. Uthea. 1980. México  .
[17] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 126. Edit. Uthea. 1980. México  .
[18] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 227. Edit. Uthea. 1980. México 
[19] HURD Richard M, Principles of City Land Values. 4 ed., Pág. 33. New York, 1924
[20] HURD Richard M, Principles of City Land Values. 4 ed., Pág. 36. New York, 1924
[21] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 237. Edit. Uthea. 1980. México 
[22]  What is Race, Department of Mass Communication, UNESCO, Pág. 62

[23] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 307. Edit. Uthea. 1980. México 
[24] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 517. Edit. Uthea. 1980. México 
[25] W. MACK,Rymon, PEASE, John. Sociología y Vid social. Pág, 518. Edit. Uthea. 1980. México  .

[26] BARONA DE INFANTE Noemí. Sociedad y Salud. Pág, 100. Editores Impresores. 1991. Colombia
[27] BARONA DE INFANTE Noemí. Sociedad y Salud. Pág, 129. Editores Impresores. 1991. Colombia

[28] BARONA DE INFANTE Noemí. Sociedad y Salud. Pág, 323. Editores Impresores. 1991. Colombia
[29] GUERRA Donato, Psicopatología de los Vicios. Pág.71. Edit. Navarro, 1971, México.